jueves, 25 de mayo de 2023

NOVILLADA DEL 25 DE MAYO DE 2023

 


NOVILLADA EN LAS VENTAS
FERIA DE SAN ISIDRO
23 de mayo de 2023

    Cabestro de Grana y Oro otro año está presente en la feria de San Isidro, la mejor feria taurina en la mejor plaza del mundo, la Monumental de las Ventas. Sólo dos integrantes de la agrupación, el Nano y el Cronista, han acudido a la convocatoria. Creemos que las ausencias están justificadas, pero ausencias son.

    Llueve bastante cuando llegamos a las taquillas. Ciertamente es agua de mayo, que siempre es recibida con agrado, y más en años de sequía como el presente, pero podría llover a partir de las diez de la noche y dejarnos en paz el festejo. La lluvia desluce en alguna medida el arte del toreo, que es más propio del sol y las moscas, aunque hay tardes llovidas en las que se cortan orejas. Nunca hay que perder la esperanza.

    En vista del chubasco y de los que se anuncian, compramos dos entradas en la grada del Tendido 6, al resguardo, bajo un hermoso techo, que es el mejor paraguas en días de aguaceros. Si la tarde no es muy lucida, al menos nosotros no nos mojaremos.

    Nos sobra demasiado tiempo y no es cuestión de pasear con el paraguas en la mano pisando charcos. Así que nos tomamos un café con leche en un bar de los alrededores, que nos hace mucho bien.

    Puntualmente, la corrida —novillada si pretendemos exactitud— comienza a las siete. Dos novilleros se estrenan en las Ventas: Jorge Molina y Sergio Rodríguez. Jorge Martínez ya ha pisado el ruedo de las Ventas en dos ocasiones.

    Los novillos de Montealto, en mi opinión, dan la talla. Todos se acercan a los 500 kilos o lo sobrepasan un poco. No se caen, embisten con ganas y repiten, tienen chispa. En este orden salen por el toril: Corcelero —es precioso, colorado chorreado, muy vistoso—, Veraniego, Venturoso, Ventajista —como algunos personajes de las novelas de Marcial Lafuente Estefanía—, Soñador y Tabernero —no imagino al novillo tomando cervezas en un bar, la verdad—. No comento nada de los sobreros porque no han sido necesarios.

    Jorge Martínez, natural de Totana (Murcia), lidia el primero y el cuarto. A mí Martínez no me dice nada. Sus faenas son aseadas, correctas, sin reproches que hacer, pero faltas de emoción. Con el capote lo hace muy bien: verónicas, chicuelinas, medias verónicas. La cuadrilla hace una lidia acertada. Nada que objetar a los picadores, pero tampoco para tirar cohetes, y eso que los novillos entran con nobleza al caballo. Las banderillas a Corcelero se ponen según los cánones, pero con Ventajista son una pena, aunque todavía se puede hacer peor, ya lo sabemos. Martínez torea pronto al natural a Corcelero, que embiste mejor por el pintón izquierdo. Lo mata de una buena estocada. Con Ventajista es eficaz: lo finiquita con media estocada muy certera. Al acabar, el torero y los toros se llevan una ovación del público, que esta tarde está muy técnico y puntilloso.

    Jorge Molina, que nació en Torrijos (Toledo), lidia el segundo y el quinto. Con Veraniego la cosa está pasable: Molina está flojo con el capote, pero luego hace una faena de muleta aceptable, aunque el toro al natural se cae mucho. La estocada queda ladeada, recibe un aviso y lo remata con un descabello. Algunos piden oreja, ¿por qué? En la plaza, está visto, hay de todo en todos los tendidos, también ignorantes. 

    Con el quinto, Soñador, lo que vemos es un mal sueño, por no decir pesadilla. Lo mejor es el principio de la faena, cuatro capotazos que da Molina en los medios. A partir de ahí, el precipicio. Lo de los picadores es increíble: se les escapa el toro al picador de la puerta contraria, que le mete un arreón indecoroso y rompe hasta la punta de la puya; con el picador que está en su sitio, se oyen palmas de tango insistentes: le pica en las costillas, rectifica, pero Soñador sale suelto. El público corea: ¡Picador, qué malo eres! Las banderillas son un desastre: los banderilleros pasan junto al toro y le clavan de sobaquillo sólo una banderilla en cada entrada. Dice Nano: «Parece una charlotada», con más razón que un santo. En la faena de muleta Molina está valiente.Las Ventas se lo reconoce y le ovaciona en algunas tandas con la derecha y al natural muy meritorias. Pero el toro acaba cayéndose y buscando los toriles, donde, antes de entrar a matar, Molina se luce con unas manoletinas por alto: da igual, nos aburrimos. El toro, en un descuido, le da un tremendo revolcón a Molina, que pierde una manoletina (zapatilla) y, medio cojo y diría que “acojonado”, con permiso del respetable, le deja una media estocada en buen sitio. El toro cae, pero el puntillero, que tiene menos puntería que un angelote de porcelana de Yadró, lo levanta. ¡Olé! Morales tiene que descabellar dos veces para que Soñador se vaya definitivamente al otro barrio. ¡Pobre toro!

    Nos queda Sergio Rodríguez, al que parió su madre en Las Navas del Marqués (Ávila). A lo mejor lo parió en Ávila y luego registraron al niño en su pueblo; eso no me lo han aclarado. Su lote lo componen el tercero y el sexto. 

    La lidia que hace Rubén Sánchez, vestido de corinto y plata, a Venturoso es lo mejor sin duda de toda la tarde: profesional, comedido, ajustado y valorado por el público de las Ventas. Una lidia bien hecha mejora al toro y gusta a los buenos aficionados. ¡Bravo por Sánchez! Rodríguez está bien con el capote y remata los primeros capotazos con una revolera de bella factura. El picador hace “lo suyo” sin pena ni gloria. Pero los pares de banderillas segundo y tercero son de campanillas: los banderilleros tienen que saludar al respetable, que los ovaciona con ganas. Rodríguez está en plan novillero y se deja la piel y lo que sabe, que no es demasiado, en la muleta. Comienza de rodillas, sigue al natural, vuelve a la derecha y lo desarma el toro; insiste por el pitón derecho y se lleva una ovación. Después de un aviso, pincha dos veces.¡Adiós a la oreja, amigo! A la tercera mete una buena estocada, que le sirve para recibir una ovación comedida del público.

    El sexto no tiene nada que ver con el tercero, por lo malos y desastrosos que son los toreros. A mí Tabernero me gusta, pero los toreros no. La brega que hace Juan Carlos Rey es penosa, parece que la hiciera el Emérito en persona después de romperse una cadera cazando elefantes. ¡Cuánto echamos de menos a Sánchez! El picador merecidamente se retira con un ¡Qué malo eres, picador! Las banderillas, sin más. Rodríguez hace la faena de muleta cojo, aunque no sabemos en qué momento se lastima. Con la derecha está pasable, pero al natural lo desarma el toro. Rodríguez asume riesgos de gladiador, no de torero. Le vuelve a desarmar en otra ocasión, ahora toreando con la diestra. Las ovaciones son timidísimas. Entra a matar bien, pero hace un mete y saca. Luego deja una media. Llega el aviso. Rodríguez descabella cinco veces a Tabernero, que se cae y se levanta un par de veces. ¡Se oyen pitos! Dice Nano con mucha sensatez y aplomo: «Me recuerda al torero bombero». Tabernero se tumba, lo apuntillan en el suelo y, por fin, descansa el animal.

    Llueve intensamente. Vemos cómo se marchan los toreros y salimos a la calle. Abrimos los paraguas y vamos hasta el Rincón de Jaén, que está de bote en bote. ¡Un martes laborable y la marcha que hay en Madrid! Dos por dos, cuatro. Nos despachamos con cuatro manzanillas maravillosas, las suficientes para entonarnos sin cruzar ninguna línea peligrosa. ¡Qué rico todo: el pescaíto, las gambas, los embutidos!

    Con los deberes hechos, el Nano y el Cronista se vuelven a Leganés, más contentos que unas pascuas y muy enteros, que mañana hay que currar.

    ¡Viva Cabestro y Grana, que no lo hay mejor! 

Carlos Cuadrado Gómez
CRONISTA DE LA AGRUPACIÓN
CABESTRO DE GRANA Y ORO

viernes, 20 de mayo de 2022

NOVILLADA DEL 16 DE MAYO DE 2022


 NOVILLADA EN LAS VENTAS

FERIA DE SAN ISIDRO

16 de mayo de 2022

Hacía dos años que, por culpa del coronavirus, no pisábamos el coso de Las Ventas. Cabestro de Grana y Oro ha reunido en esta ocasión a diez aficionados: Jesús, Fernando el Enamorao, Ángel el Peli, Virgilio, el clan Ostos (Eulogio, Luis y Enrique), Nano, Dimas y Carlos el Cronista. Sacamos unas entradas muy buenas en el tendido cinco, donde da el sol aproximadamente hasta el tercer toro. La plaza tiene tres cuartos de entrada. El ambiente es animado y festivo. La gente quiere ver toros al aire libre. El año pasado la feria se celebró en la cubierta de Vistalegre. Las Ventas son otra cosa, son el “lugar”.

Este año los reventas están más agresivos que nunca: invasivos con los compradores de entradas y violentos entre ellos. Nosotros pasamos por taquilla, que es lo más sensato y educado.

Acabado el paseíllo, la plaza guarda un minuto de silencio en memoria de Joselito el Gallo, que murió un día como hoy de 1920 en la plaza de toros de Talavera de la Reina, de una cornada mortal en el vientre. D.E. P.

La corrida hasta el quinto toro está aburrida. Los novillos son buenos, los picadores malísimos. ¿Dónde aprende la gente a picar? A todos los picadores el público, como puesto de acuerdo, les chilla: ¡Picador, qué malo eres! Sin embargo, las cuadrillas hacen unas lidias muy buenas, muy bien llevadas, con los capotazos justos.

Como digo, los novillos del Conde de Mayalde son muy buenos. Alguno un poco flojo, pero dan la talla para venir a Las Ventas. Se acercan o sobrepasan los quinientos kilos. Y tienen un pelaje castaño o colorado muy bonito, con una cuerna impresionante. Gustan al público, aunque los del Tendido 7 piden la devolución de un par de ellos.

Santana Claros es viejo para novillero. Si con 27 años sigues en el escalafón de segunda, ahí te quedarás de por vida. De hecho, pasa por Las Ventas aburriendo a Dios, al diablo y a los aficionados. Hortelano II (1.º de la tarde) blandea de manos, pero daba juego. Es extraordinario el tercer par de banderillas. Santana da pases correctos, pero tristes. Al entrar a matar, el novillo le da un buen revolcón. Todo lo ven atentamente dos palomas que están posadas en el albero.

Chorlito II es el cuarto de la tarde. Santana está apañado con la muleta, pero sólo da una tanda buena de derechazos, aunque pierde las manoletinas en uno de los pases. Al natural no liga. ¡Nos aburrimos! Después de un aviso, el toro se tumba.

Al segundo de la tarde, Escultor, el mexicano Isaac Fonseca le para bien con el capote. El toro sería bueno para un Enrique Ponce. El toro flojea. Isaac abrevia, cosa que se agradece: lo estoquea bien, pero el novillo lo desarma. Eso está muy feo: el matador tiene que salir de la suerte suprema con la muleta en la mano. En fin, poca emoción.

Lo mejor de la tarde, sin embargo, es el quinto: Hortelano I, de 512 kilos. ¡Qué buen toro! El mexicano torea excelentemente con el capote. Uno de los banderilleros, el de los pares 1.º y 3.º, tiene que saludar. Y con la muleta, Isaac está grande, por la derecha y por la izquierda. La plaza, que estaba adormilada, se despierta y se viene arriba con Isaac. Tras dos pinchazos, mata con un bajonazo. La plaza pide la oreja mayoritariamente, pero no se la dan. De todas formas, da la vuelta al ruedo. Para mí es el triunfador de la tarde.

El Cronista se hace una foto con dos aficionados mexicanos que han venido de México expresamente a ver a Isaac. Están muy emocionados. Uno de ellos (Charli le llama el otro), grita con fuerza: ¡Viva México, cabrones! La plaza responde con un ¡Viva! Les felicitamos por la faena del paisano y lo agradecen.

Nos queda el lote del sevillano Álvaro Burdiel. Con el tercero, Chorlito I, nos aburrimos hasta decir basta. El único detalle resaltable es una media verónica de gran factura. En la faena de muleta, el toro hinca los cuernos y da una voltereta. Después todo es un pararse, darle descansos, recolocarse… Pincha y lo mata a la segunda. Menos mal que el Peli y servidor estamos disfrutando como chotos con unos puracos divinos Vega Fina. ¡Qué ricos!

Ya estamos calientes con la faena del quinto y el sexto no defrauda. Burdiel con Barrenero, que es un torito de mucha calidad, se porta. No puedo tomar notas porque el mexicano Charli se sienta con el Peli y conmigo, con una cerveza de medio litro en la mano, y nos da conversación, embargado por la emoción de la faena de su paisano y por los litros de alcohol que lleva en el cuerpo. El hombre es correcto y amable en todo momento.

Con el capote, Burdiel da la talla. Al picador le tira el toro (¡sin comentarios!). La faena de muleta mejora cuando Burdiel deja a un lado el miedo y se coloca donde debe. Lo hace fenomenal con la derecha y al natural. En la faena hay transmisión, como dicen los modernos. Al entrar a matar, pincha una vez y da un estoconazo poco ortodoxo. También pierde la oreja. ¡Es tan importante el momento de la suerte suprema! Otra vez será.

Con alegría y buen humor nos vamos al Rincón de Jaén. Hasta las 23:00 h damos cuenta de una buena ristra de manzanillas y de unas raciones muy ricas de jamón ibérico y pescaítos. Se anima el personal con María la Portuguesa, Enamoraos sin fronteras, Una gitana del Rastro de Madrid, el Porompompero y tantas otras. Un joven con barba clara y gorra de visera se une a nuestro cante y, con una voz fina a lo Juanito Valderrama, se marca unos solos muy apañados, rematados algunos con un gallo perdonable. Alegría, cante y amistad. Nos despiden los del Rincón de Jaén con unos sorbetes de limón que nos saben a gloria. También hay chupitos finales. ¡Qué bien, compañeros! ¡Cuánta falta nos hacía una tarde así, en buena compañía! ¡Viva Cabestro de Grana y Oro!

En Leganés cada uno tira para su barrio. El Cronista y el Peli caminan hacia el centro, conversando de sus cosas. El Cronista aspira profundo cuando pasa por la barbacana de El Salvador. La noche pepinera es un lujo incomparable.

 

Carlos Cuadrado Gómez

Cronista de la Agrupación

Cabestro de Grana y Oro


domingo, 23 de mayo de 2021

NOVILLADA DEL 17 DE MAYO DE 2021


 NOVILLADA EN VISTALEGRE

FERIA DE SAN ISIDRO

17 de mayo de 2021

Desde el 20 de mayo de 2019, Cabestro de Grana y Oro no pisaba un coso taurino. El coronavirus impidió la Feria de San Isidro de 2020 —en mayo del año pasado la cosa estaba muy mal— y hemos tenido que esperar al 2021 para disfrutar de una novillada. Cabestro de Grana y Oro siempre está con las figuras emergentes.

Este año la Feria de San Isidro se celebra en el coso de Vistalegre, en el popular barrio de Carabanchel. Pudimos acudir cuatro aficionados pepineros: Dimas Peláez Navero, Enrique Parejo Ostos, Antonio Morales López-Reina y el Cronista. Otros amigos no pudieron venir por distintos motivos justificados.

Para guardar las normas de seguridad sanitarias, fuimos en dos coches. Dimas, que se conoce Madrid y sus barrios como la palma de la mano, aparcó a diez minutos de la plaza, donde pudimos adquirir las entradas en las taquillas sin dificultad. Es la primera vez que el Cronista estaba en la plaza de Vistalegre en los tiempos modernos, después de su reforma. De niño iba con sus padres a ver corridas, y posiblemente sea uno de los motivos de su afición: algo se le quedó prendido en la amígdala o en el subconsciente para que le gusten tanto los toros.

Compramos unas entradas “altitas”: tendido 13, fila 26. Se veía bien el ruedo, aunque, en honor a la verdad, un poco más abajo se vería mejor, pero hay que mirar la peseta o el euro, que no está el patio para tirar cohetes a lo loco. Las entradas son más caras que en Las Ventas, pero tengamos en cuenta que el aforo está limitado a 6.000 entradas, de las cuales se ocuparon algo más de 1.000 este lunes de mayo.

¿Echamos de menos Las Ventas? La verdad es que sí. Más adelante, daré algunos detalles. Ahora bien, como dice el maestro Morales, mejor es ver una corrida en Vistalegre que nada. ¡Y cuánta razón tiene!

Con el pasodoble del paseíllo, el Cronista reconoce que se emocionó y que una lágrima furtiva le corrió por la mejilla. La fiesta de los toros, si algo tiene, es que conmueve al aficionado.

Con mucho, de largo, es la mejor novillada que ha visto Cabestro de Grana y Oro en su vida. ¡Cinco orejas como cinco soles, todas merecidas! Los novilleros se portaron y los toros de El Freixo, que es la ganadería del diestro Julián López el Juli, dieron la talla. Los novillos-toros rondaron todos ellos los 470 kg, para ser más exactos, entre 425 y 487 kg: bien presentados, con fuerza, con trapío y una embestida de calidad.

Antonio Grande (grana y oro; salmantino) lidió el primero y el cuarto de la tarde. Por desgracia, tuvo que lidiar el sexto por la grave cogida que sufrió Manuel Perera (mostaza y oro; extremeño) en el primero de su lote, que fue el tercero. Grande cortó una oreja merecidísima en el que abría plaza. En el cuarto y en el sexto hizo faenas muy meritorias, con toros más complicados, y se llevó en ambos una sentida ovación del público.

Como digo, Manuel Perera sufrió una gravísima cogida al entrar al matar al tercero. Lo recibió en toriles de pie, con el capote a la espalda: lance valiente, pero poco lucido. Luego lo toreó bien de capote y de muleta, arriesgando sin necesidad en muchas ocasiones. Según el maestro Morales, Perera estaba en modo novillero, dándolo todo. Pero, en opinión del maestro Parejo y del Cronista, el torero temerario es más parecido a un gladiador que a un torero. Al torero se le supone la valentía, cómo no, pero no puede salir al ruedo a que le cornee el toro. Si le coge por la circunstancia que sea, el accidente nos sobrecogerá y engrandecerá su arte. Ahora bien, cuando aposta el torero tiene al público asistente acongojado, el arte de Cúchares pierde puntos. En cualquier caso, la cogida sucedió cuando Perera entró a matar. El estoconazo fue excepcional, pero entró tan de verdad que el toro, herido de muerte, lo trincó y no lo mató de milagro. El público asistente mascó la tragedia, y tragedia hubo, aunque las manos del Dr. Enrique Crespo Rubio, cirujano de la plaza, evitaron que fuera fatal. Se le concedió a Perera una merecida oreja. Pienso que la segunda era excesiva y la presidencia, con buen criterio, a pesar de la petición, no la concedió.

El parte del Dr. Enrique Crespo Rubio, emitido a las 22:35 h, rezaba: «Herida por cuerno de toro en fosa iliaca izquierda con un trayecto ascendente y hacia fuera de unos 30 cm que desgarra musculatura de la pared abdominal; otro trayecto hacia arriba y adentro que penetra en cavidad peritoneal con evisceración de asas intestinales y arrancamiento de epiplón alcanzando una extensión de 40 cm. Bajo anestesia general, se interviene quirúrgicamente. Se traslada al Hospital de Nuestra Señora del Rosario. Pronóstico: muy grave». Espeluznante. Vamos, que el toro lo destripó, y gracias a que no le atravesó ninguna vena o arteria principal, según el testimonio de Juan José Padilla, su apoderado, porque Perera no lo hubiera contado. En el momento de escribir esta crónica, Perera ha abandonado la UCI y está en planta. Deseamos que se recupere bien, sin complicaciones asociadas, y que pronto esté de nuevo toreando. ¡Ánimo, Manuel!

Lo mejor de la tarde estuvo en la muleta del talaverano Tomás Rufo. ¡Qué torero! En el segundo, cortó una oreja, a la que no hay que poner ninguna objeción. Pero donde Rufo dio el do de pecho fue en el quinto. Se cumplió el dicho de No hay quinto malo, porque el novillo era excelente. Se le hicieron las cosas bien. La brega fue impecable, menos la entrada al caballo —ninguna fue buena en toda la tarde, se picó de aquella manera—, y hubo un par de banderillas de antología, por lo que tuvo que desmonterarse el banderillero, agradeciendo la ovación del público.

—Maestro Morales, ¿cuál es el pitón bueno?

—El derecho. Con el derecho entrará como la seda a la muleta.

El maestro Morales podría apodarse el Brujo, porque las tandas de derechazos fueron fascinantes, clásicas, lentas, magníficas, de embrujo. Al natural, Rufo toreó también maravillosamente, pero sin abusar. Las dos orejas estaban en el cuerno derecho.

—Si mata bien, dos orejas —vaticinó el maestro Morales.

Y, efectivamente, la estocada fue perfecta. El toro rodó sin puntilla. Y la plaza se vino abajo, inundada de pañuelos blancos que pedían los apéndices del astado. El presidente no se hizo rogar, cosa que se agradece, y le otorgó los dos trofeos a Rufo, que dio la vuelta al ruedo compartiendo su éxito con el respetable. Si sigue así, Rufo será una figura del toreo. Tiempo al tiempo.

A los madrileños nos gustan Las Ventas. Este San Isidro en Vistalegre nos parece extraño. Desgrano algunos detalles:

—Los caballos de los alguacilillos eran marrones. En San Isidro, por Dios, tienen que ser blancos.

—La banda tocó durante la faena de muleta. ¡Mal! Distrajeron al aficionado y deslucieron la faena de los toreros. La banda que toque en el paseíllo y en los intermedios, pero ¡durante la faena, no! No obstante, hay que reconocer que los músicos eran buenísimos, pero fuimos a una corrida de toros, no al Auditorio Nacional.

—Los empleados de la plaza, en concreto, barrenderos del ruedo y portador del cartel anunciador de cada toro, iban vestidos como en los sanfermines y con deportivas de Nike. Por favor, ese azul oscuro, ese rojo, esas alpargatas impolutas…, ¿dónde estaban?

—Vistalegre está cubierta, por lo que el factor viento se elimina de la fiesta nacional, en la que no pueden faltar el sol, las moscas y, por supuesto, el “puñetero” viento.

Si este año no ha sido posible abrir el coso de Las Ventas —a lo que no vemos mucho sentido, ni siquiera pensando en las medidas de seguridad imprescindibles a causa de la COVID-19—, mantengamos las sanas y estéticas costumbres de la mejor plaza de toros del mundo. El maestro Morales, el maestro Parejo y el mismo Dimas Peláez son de esta opinión. Esperemos que el año que viene estemos desafiando la insolación en el Tendido 5 de Las Ventas. Señal será de que la situación sanitaria habrá mejorado. Dios lo quiera.

Rematamos la tarde torera tomando unas cervezas en el chiringuito de La Chopera (Leganés). Nos supieron a gloria bendita, mientras comentábamos los detalles de la novillada y saboreábamos una ración de chopitos y unos montados andaluces y asturianos.

La noche pepinera era apacible, unánime y serena. El Cronista volvió a su hogar paseando despacio, visualizando momentos de la corrida y respirando profundamente. ¡Una tarde perfecta! ¡Viva Cabestro de Grana y Oro!

Carlos Cuadrado Gómez

Cronista de la Agrupación

Cabestro de Grana y Oro

miércoles, 29 de mayo de 2019

NOVILLADA DEL 20 DE MAYO DE 2019


Resultado de imagen de revolera

CRÓNICA TAURINA
NOVILLADA DEL 20 DE MAYO DE 2019
PLAZA DE LAS VENTAS 

A la hora prevista, salíamos de la estación de Leganés-Central el Peli, Enrique, Virgilio y el Cronista. Para Virgilio era su primera tarde de toros con Cabestro de Grana y Oro. Adelanto que fue una tarde memorable para él y no nos cabe duda de que repetirá en años sucesivos. Reconozcamos que su compañía es de las que mejoran una tarde de toros.
En llegando a la Monumental de Las Ventas, Dimas nos alcanzó. Nadie sabemos a ciencia cierta de dónde venía. Dio explicaciones, pero no nos quedó claro el asunto. Respetemos a don Dimas y su vida secreta. Más tarde se nos unió Luis, el más joven del sexteto, gran aficionado y persona de buen trato.
Nos sentamos en el tendido cinco, fila 15, un lugar privilegiado para disfrutar de la corrida. La tarde era muy agradable: sol, el justo; calor, el justo. El tendido cinco, de sol, era soportable. Otros años, en el mismo tendido, nos hemos torrado.
La terna de novilleros la integraban tres jóvenes madrileños: Rafael González, Marcos Pérez y Fernando Plaza.
En el mundo taurino se coincide en que últimamente en las ferias hay pocas novilladas. ¿Si no tienen su espacio las figuras emergentes, cómo llegarán a ser figuras consolidadas? Cabestro de Grana y Oro apuesta por las nuevas promesas, de ahí que no falte a una de las novilladas de la feria de San Isidro, que es la feria más importante de la temporada taurina en el mundo mundial. ¡Más novilladas, señores empresarios! ¡Miren más por la fiesta y menos por los dineros! ¡Cochino dinero!
La novillada, en su conjunto, no estuvo mal, pero no entusiasmó. Se vieron “cositas”, algunas de gran calidad. La valoración que hizo nuestro experto, don Enrique Parejo, en opinión del Cronista y del resto de asistentes de Cabestro de Grana y Oro, fue exacta y certera: «La tarde ha sido positiva, nada más». Lo pasamos bien, porque el simple hecho de estar nosotros juntos es garantía de éxito, pero, en lo relativo al arte de Cúchares, ahí nos quedamos.
Los toros de Mayalde se portaron. Hay quien dice que no tenían gracia. Para Virgilio, no tenían trapío. Ahora bien, los toros, novillos de quinientos quilos, no se cayeron, embistieron medianamente bien y, si no hubo mejores faenas, fue por culpa de los toreros, que, aunque pusieron todas sus ganas, sólo estuvieron aseados.
Se guardó un respetuoso minuto de silencio al final del paseíllo por el fallecimiento de Fernando Domecq, nieto e hijo de ganaderos, un hombre que ha dedicado su vida al toro bravo con entrega y conocimiento. De sus pechos salió el famoso e inolvidable toro Jarabito, de feliz memoria en la feria de Sevilla de 1999.
Lo mejor de la tarde se vio en el cuarto, bajo la batuta de Rafael González. Fue la única oreja que se cortó, sobre todo por la estocada fulminante que dio a Chorlito I, un negro listón de 487 kilos, que cayó casi sin puntilla. Chorlito I fue bien lidiado. González estuvo brillante con el capote y luego, por supuesto, con la muleta. Lo picaron bien y las banderillas, de la mano de Jarocho y Víctor Pérez fueron, tal vez, lo mejor de la tarde. La petición fue mayoritaria y el presidente cedió a la presión del respetable. En opinión del Cronista, la oreja podía haberse no dado, y no hubiera pasado nada, pero dejemos las cosas como están.
Con su primero, Andaluz, González no pasó de la ovación. El pinchazo y la media tendida con que rodó Andaluz no dieron para más.
Marcos pasó por las Ventas sin pena ni gloria. Puso entusiasmo, pero se marchó de la plaza con un aviso y dos silencios como catedrales. ¡Que esos toritos, Atrevido y Joyero, daban para más, Marcos! Otra vez será.
Y Fernando Plaza sólo se llevó una ovación en el que cerraba el festejo: de Estafador podría haber sacado más, pero la estocada fue "normalita". El respetable estaba un poco aburrido y frío: pegar pases no es suficiente para las Ventas, hay que hacer un poco más. Alargó la faena y no se salvó del aviso. En el primero de su lote, Entrador, un precioso novillo negro bragado meano de 492 kilos, tuvo que soportar que el novillo se echara después de un pinchazo hondo, un descabello y un aviso. Lo que decimos, así no.
Se vieron puertas gayola y un lucido toreo de capote a lo largo de la tarde, hay que reconocerlo. Detalles acá y allá. Pero la tarde pasará al registro de corridas sosas en los anales del toreo.
Fuera del albero había vida, amigos. Destaquemos los dos puros Vega Fina que se fumaron el Peli y el Cronista. ¡Extraordinarios! Los encendieron saliendo de toriles el segundo toro y los disfrutaron hasta que las mulillas se llevaron al quinto, Joyero. Por cierto, no fue quinto bueno.
Y lo mejor, sin duda, fue el rato que pasamos en el Rincón de Jaén. ¡Qué rico todo! El acierto para coger un buen sitio fue aguantar las ganas de mear al acabar el festejo, e ir corriendo a este bar emblemático de las tardes de toros. Diez minutos después de llegar nosotros, el Rincón de Jaén se petó, como dice la gente.
Parecía que el personal del local esperaba nuestros cantes. Se acuerdan de un año para otro. Cantamos las habituales: María la portuguesa, El toro enamorao de la luna, Clavelitos, Enamoraos, etc. Fueron de gran ayuda las hojas de apoyo que, con buen criterio, trajo Dimas dobladas y distribuidas en varios bolsillos de su americana. Y hubo estreno, La gitana del Rastro de Madrid, con una calurosa acogida de público y crítica. Nos felicitaron empleados del lugar y parroquianos que escuchaban y se unían desde su sitio a nuestros cantos populares. Virgilio, que era la primera vez que venía, como ha quedado dicho, disfrutó como ninguno y aseguró, con chispas en los ojos, que esto no se lo perderá en el futuro por nada en el mundo. ¡Olé, Virgilio!
Antes de partir, nos obsequiaron con unos chupitos y unos helados. ¿Qué más podemos pedir?
El metro y el tren iban abarrotados de gente, a pesar de las horas y de que era un lunes. En Madrid, si algo no falta, es la marcha y el jolgorio. No todo van a ser penas.
A medianoche pisábamos de nuevo las calles de nuestro querido Leganés, con buen sabor de boca y el deseo de repetir la experiencia en años sucesivos.
¡Viva Cabestro de Grana y Oro!

Carlos Cuadrado Gómez
Cronista de la Agrupación
Cabestro de Grana y Oro


sábado, 26 de mayo de 2018

NOVILLADA DEL 21 DE MAYO DE 2018

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NOVILLADA EN LAS VENTAS
FERIA DE SAN ISIDRO
21 de mayo de 2018

A las cinco de la tarde estamos seis aficionados de Cabestro de Grana y Oro en la estación de Leganés-Central: el Puñales, Nano, Enrique, el Peli, Dimas y Carlos.
Conseguir los billetes de Metro en Méndez Álvaro es sencillo gracias a la habilidad del Puñales con las máquinas, una habilidad propia de su generación: han nacido con una game boy en las manos y estas cosas les resultan sencillas. De todas formas, para alguien que va a Madrid de pascuas a melones sacar un billete es una aventura de la que puede salir derrotado.
En la explanada de las Ventas hay mucha animación. Sacamos unas entradas muy apañadas en el Tendido 5 Alto, en la fila 19. Da el sol en los tres primeros toros y luego da la sombra.
El Cronista pasa una encuesta al Puñales y a Enrique antes de que los toros entren al caballo. Deben puntuar de 1 a 5 sus expectativas de éxito de la faena. Al final de la faena, vuelven a puntuar. En general, coinciden sus valoraciones antes y después de la faena. Tienen buen ojo, son aficionados con mucho recorrido y marran poco en sus predicciones.
Los toros son del Conde de Mayalde, una ganadería afincada en Mazarambroz (Toledo). Los novillos rondan los 500 kilos. Jarretón es el más gordo: 519 kilos. En general, son buenos novillos, bravos, repiten, no se caen. Para las Ventas, están muy bien.
El segoviano Pablo Atienza lidia el primero (Jarretón) y el cuarto (Guardamonte II). No lo hace mal, tiene oficio, pero pasa por las Ventas sin pena ni gloria. Recibe al cuarto a porta gayola, pero luego lo pican fatal y, al final, Pablo recibe dos avisos. El puntillero levanta al toro, que se muere en el segundo puntillazo. ¡A cualquiera le ponen una puntilla en la mano! El toro supera al torero y, por supuesto, a su cuadrilla. El toro recibe una ovación del público cuando lo arrastran las mulillas camino del desolladero.
Alfonso Cadaval, sevillano e hijo de uno de los Morancos, tiene mucha afición y mucho miedo. Si con veintiséis años no ha recibido la alternativa como matador, no creo, visto lo visto, que ya lo haga. En el segundo (Extranjero) hay una petición floja de oreja que el presidente, con buen criterio, desestima. En el quinto (Joyero II) nos aburre sobremanera, deja una estocada tendida y tiene que dar cinco descabellos. Así, no.
El madrileño Toñete es con mucho el mejor. ¡Un torerazo de tomo y lomo! Tiene futuro y no creo que tardemos en verle de matador. En el tercero (Guardamonte II) hace todo bien y entra dos veces a matar; no hay petición de oreja. En el sexto (Ventajista) se arma la marimorena en la plaza. Empieza a llover a mares, una cosa exagerada. La plaza se desaloja en cuestión de segundos. Nosotros trepamos a la grada para ponernos bajo techo. Pero un empleado de la plaza nos echa por subir como monos por la balconada. Consiguen quedarse el Puñales y Nano, pero el Peli, Dimas y el Cronista son expulsados sin contemplaciones. Enrique permanece en el tendido, bajo el aguacero, con una chupa del Decatlon divina: es el premio a la prudencia y la previsión. Los expulsados vemos la faena desde la entrada del Tendido 5. ¡Y es que el sexto, bajo el mayor aguacero de todos los tiempos, es el toro de la épica torera! Toñete se lleva una oreja merecidísima, que pasará a los anales de la tauromaquia. El Cronista, en un arrebato de torería, sale al tendido para pedir la oreja con su blanco pañuelo y se empapa como una bayeta en un barreño. Pero le merece la pena.
Tenemos que esperar más de media hora después del festejo dentro de la plaza. Llueve literalmente a cántaros. Cuando escampa un poco, salimos escopetados al Rincón de Jaén, donde nos encontramos con tres buenos amigos: Víctor el Alférez, Manuel y Alberto.
Nos ponen en un tonel, donde damos cuenta de unas raciones muy ricas: morcillas, fritura de pescado, jamón del bueno, queso del bueno, etc. Las acompañamos con cervezas, riojas y finos. Nos marcamos unos cantes: el porompompero, María la Portuguesa, enamoraos sin fronteras, clavelitos, ¡Que viva España! y algunas más. Dimas presenta su última composición: El peregrino. Una francesa que está a nuestro lado se une al sarao. Es una profesora de Burdeos que está allí con dos compañeros suyos después de dejar a sus alumnos cenados y en la cama en un colegio de Marianistas. Los chicos, que son de secundaria, han estado en la plaza viendo la corrida y ahora descansan. Los profes se están relajando un rato después de un día de duro trabajo con la tropa. La profesora francesa tiene un buen castellano y muy buen humor. Pasamos un rato estupendo, cantando y haciendo amistades internacionales.
Llegamos a Leganés a eso de la medianoche, contentos y con ganas de que llegue la feria de San Isidro 2019. ¡Viva Cabestro de grana y oro!

Carlos Cuadrado Gómez
Cronista de la agrupación
Cabestro de grana y oro

lunes, 29 de mayo de 2017

CRÓNICA TAURINA NOVILLADA DEL 22 DE MAYO DE 2017

CRÓNICA TAURINA
NOVILLADA DEL 22 DE MAYO DE 2017
PLAZA DE LAS VENTAS

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Nueve fueron los asistentes a la convocatoria de Cabestro de grana y oro para acudir a la novillada del 22 de mayo de 2017 en la plaza de Las Ventas. Sus nombres: Enrique, Luis, el Puñales, el Peli, Nano, Víctor el Alférez, Alejandro (hijo de Víctor), Dimas y Carlos.
Las entradas estaban en el Tendido Bajo 5, sol, por supuesto, fila 11.ª. ¿Quién tiene miedo al sol con una buena gorra? En ese tendido, los tres primeros toros se pasan bajo los ardientes rayos solares, pero a partir del cuarto toro, si uno no ha sufrido una lipotimia y ha habido que llevarle a la enfermería, se disfruta de la corrida en la sombra. ¡No nos quejemos tanto, caray, que la vida está muy cara y somos capaces de aguantar media pedrada!, digo yo.
A las siete sonaron los clarines, la orquesta se arrancó con España Cañí y comenzó el paseíllo.
En la crónica de hoy iremos toro a toro y no por lotes como en anteriores ocasiones. Seremos sintéticos al comentar por tercios cada faena, y lo más interesante, sin duda, serán los comentarios del Puñales y del Maestro Enrique al finalizar cada faena ("el veredicto"). Recogemos sus palabras como oráculos de la tauromaquia, que saben un güevo, con perdón, de toros, dicho sea con el permiso del ínclito y hoy no presente por causas justificadas don Antonio Morales.
Permítasenos hablar de toros y no de novillos, porque la envergadura y la cuerna de los morlacos lo permiten. Los ganaderos de El Montecillo no han ahorrado en pienso, los traen hermosos y lustrosos.
Primer toro: Zapateador, 505 kilos, negro. Novillero: Jesús Enrique Colombo.
Zapateador sale parado, distraído, escarba.
Luego también entra parado al caballo y cabecea; le dan tres puyazos.
Las banderillas las pone el venezolano Colombo en persona. Son tres pares superiores, recibe una gran ovación.
Colombo brinda al público. En la primera tanda de naturales, el toro se arranca galopando, pero la faena es normalita y floja por el pitón izquierdo. No hay ligazón.
Pincha en el primer intento. En el segundo intento parece que la espada entra bien.
Veredicto:
Maestro Enrique: «Toro sobrado de kilos, ha andado poco en el campo, más pienso que hierba, falto de casta. El torero, normalito».
El Puñales: «Toro manso, después bueno; se ha venido arriba y luego abajo. Torero con prisas. No me han gustado las banderillas».
En estos momentos el Peli y Carlos encienden un puro, marca “Manuel Alonso”. Son puros nicaragüenses muy ricos. Nadie más se anima.
Segundo toro: Sillero, 473 kilos, castaño claro bocidorado. Novillero: Pablo Aguado.
Sillero sale trotón, sin fijeza. Entra saltando al capote.
En el caballo es bueno, mete los riñones. El primero es un señor puyazo. Después del segundo, se pide el cambio.
El primer par de banderillas lo clavan en la herida de la puya, malo para el toro que pierde sangre de más. Los otros dos pares, maluchos.
La primera tanda del sevillano Aguado es buena. Pero el resto es un pegar pases pa na. Aguado va acelerado. Al natural no liga, falta arte.
Buen trasteo antes de entrar a matar, pero en el primer intento pega un navajazo al toro. En el segundo, bien. Luego el puntillero levanta al toro y se oye un aviso. Se aplaude al toro cuando lo retiran las mulillas.
Veredicto:
Maestro Enrique: «De más a menos. No ha habido torero».
El Puñales: «Un torazo. Faena muy rápida y sin emoción».
Unas chinas, coreanas o japonesas muy guapas, no sabemos bien el país de origen, que están cerca de nosotros se marchan. Según Enrique son chinas.
Tercer toro: Zapateadoro, 518 kilos, negro salpicado. Novillero: Rafael Serna.
Zapateadoro es un toro precioso. Tiene querencia a los toriles. Engancha y desarma al sevillano Serna en los lances de capote.
En el caballo cabecea, no se emplea, no trasmite. El segundo puyazo, vale. Le damos un aprobado al picador que mueve bien al caballo. Gusta al respetable el quite de Colombo por chicuelinas y rematado con media verónica.
Sólo es bueno el segundo par de banderillas. El toro está muy parado, no se mueve.
En la muleta a Zapateadoro le falta casta y bravura. Lo mejor, la primera tanda. Luego engancha con frecuencia la muleta, no emociona, y Serna no liga.
La estocada es en la zona de toriles, entera, pero un poco ladeada. Apuntillan a la primera, menos mal.
Maestro Enrique: «50%/50% torero/toro. Todo flojo».
El Puñales: «Ha matado bien. Punto».
Cuarto toro: Ratonero, 482 kilos, negro salpicado bragado meano girón axiblanco. Segundo del lote de Jesús Enrique Colombo.
LO MEJOR DE LA TARDE. ¡ATENCIÓN!
Aunque Ratonero sale suelto, entra bien al capote, embiste, tiene más recorrido de sus hermanos. Colombo remata el recibimiento con una media verónica de bella factura.
Ratonero entra al caballo de lejos, galopando, con ganas, mete los riñones. Y el picador, Gustavo Martos, hace bien su trabajo. El respetable se lo reconoce.
El tercio de banderillas es espectacular. Colombo levanta a la plaza con cada par. El segundo par, que es al quiebro, es el mejor. Colombo tiene que saludar al respetable.
Con la muleta, tanto por la derecha como al natural, Colombo da la talla y Ratonero repite la embestida con ambición. La faena se va salpicando de ovaciones.
El trasteo previo a entrar a matar es de gran valor, eficacia y belleza. Colombo entra a matar a corazón abierto y consigue una gran estocada. Ratonero le da un palazo en la rodilla que lo deja cojo y un poco mareado. Suena un aviso. Da igual. Ratonero cae y el puntillero acierta.
La petición de oreja es unánime en la plaza, que se llena de pañuelos blancos. Incluso los del 7 piden la oreja. Sólo hay dos sujetos que no sacan el pañuelo blanco: el Puñales y el presidente, que niega la oreja a Colombo. Se produce una bronca monumental, como nunca un servidor había oído.
Colombo da la vuelta al ruedo con gran aceptación del respetable, que valora su faena y lamenta la injusticia del presidente.
Veredicto:
Maestro Enrique: «Oreja merecida y no conseguida».
El Puñales: «Muy buen toro. Torero bravo, pero con la actitud de Neimar. Por lo que se ha quejado por el golpe en la rodilla, no se merece la oreja». ¡Qué duro es el Puñales, no les pasa ni media a los toreros!
Quinto toro: Ilustrado, 515 kilos, negro salpicado. Segundo del lote de Pablo Aguado.
Ilustrado sale bien a la plaza y entra bien al capote.
Aguado lleva bien a Ilustrado al caballo, pero el picador es penoso, invade las líneas y pica trasero. Le chilla el público al unísono: ¡Picador, qué malo eres!
Las banderillas, de transición. El tercer par se lo ponen en la barriga. ¡Así no podemos, caray!
En la muleta hay emoción por el peligro que tiene Ilustrado, sobre todo por el pitón izquierdo. En una colada, que deja a la plaza sin aliento, Aguado salva la vida de milagro.
Las tandas por la derecha son de gran torería y levantan al público, que ovaciona a Aguado. Todos somos conscientes del peligro que tiene Ilustrado. Remata con un trincherazo muy eficaz y artístico.
Aguado da la estocada como si fuera recibiendo, sin serlo del todo. Entra toda ella, pero está un poco tendida.
Gran ovación. No hay petición de oreja. Saludo desde el tercio.
Veredicto:
Maestro Enrique: «Compás y temple».
El Puñales: «Más peligro que en una tormenta».
Sexto toro: Mensajero, 511 kilos, negro salpicado. Segundo del lote de Rafael Serna.
Mensajero sale bien de los toriles, animado, como si fuera a entregar una carta importante, haciendo honor a su nombre. Tiene un galope alegre y bonito, pero brinca al entrar al capote. Luego abandona los brincos, pero Serna no le saca provecho.
Le dan mil o dos mil capotazos para llevarlo al caballo. En el caballo Mensajero derrota mucho. Pedro Muñoz, el picador, le aplica un señor primer puyazo que lo deja derrengado. En el segundo hubiera salido a buscarlo a la puerta del colegio si hubiera hecho falta, pero por su santo castoreño que Muñoz lo picaba. Venga, vale. Se oye el mismo grito de antes: ¡Picador, qué malo eres!
Las banderillas, a la remanguillé.
Mensajero es mansurrón y, a medida que avanza la faena, el defecto crece. Busca chicha, mira al torero con mucho peligro, pero no hay na de na. El novillero tampoco se acopla. Sosos los dos. Serna trastea un poco y va a por el acero.
La estocada, atravesada, pero eficaz. ¿Eficaz? No sé, luego tiene que darle 4 golpes de descabello. Nano le grita: «¡Sácale la espada, macho!». Serna hace caso y, por fin, como digo, en el cuarto descabello cae Mensajero.
Veredicto:
Maestro Enrique: «Pobre toro».
El Puñales: «Faena muy deslucida para cerrar plaza».
*
Y comienza la segunda parte de la tarde. Los jóvenes, Alejandro y el Puñales, se retiran para estudiar. Ansina es la vida. El resto nos vamos al Rincón de Jaén, donde pasamos un rato glorioso entre finos, cervezas, raciones y cantes españoles. Entre las novedades, un entrecot cortado en tiras que está divino. Dimas saca su carpeta y, aparte de Enamoraos y otras canciones de este cantautor popular, atacamos Ese toro enamorao de la luna, Que viva España, Clavelitos, etc. El Rincón de Jaén se viene arriba y se une a nuestras voces. El Alférez, todo hay que decirlo, da la talla en el comer, el beber y el cantar. Del resto, ¿qué os voy a contar?
Nos despiden con unos sorbetes de cava y unos bombones helados. Y nos vamos tan contentos al metro, pasadas las once y cuarto de la noche. Sin duda, volveremos.
¡Viva Cabestro de grana y oro!

Carlos Cuadrado Gómez
Cronista del la agrupación
Cabestro de grana y oro


lunes, 9 de mayo de 2016

Crónica de la novillada del 9 de mayo de 2016

CRÓNICA TAURINA
NOVILLADA DEL 9 DE MAYO DE 2016
PLAZA DE LAS VENTAS




El pasado lunes, 9 de mayo de 2015, Cabestro de grana y oro asistió a una novillada con picadores en la feria de San Isidro, una tradición a la que somos fieles, y que lo seamos por muchos años. Acudimos a esta convocatoria: Dimas, Víctor, Enrique, el Peli, Nano, el Puñales y Carlos. En esta ocasión nos fuimos al Tendido 7, donde está el ala dura de Las Ventas y, al decir de muchos, los mejores aficionados del orbe. Para Cabestro de grana y oro ver la corrida desde esa atalaya de sabiduría taurina ha sido un hito en nuestra trayectoria, y se recordará por mucho tiempo. En concreto, estuvimos en el Tendido Alto 7, Fila 20.ª.
En la plaza era nuevo en nuestra compañía don Víctor Sánchez Jara, amigo de don Dimas y gran aficionado a los toros. Don Víctor es madrileño de pura cepa, del foro, como él dice con orgullo, y tiene mucha mili, ni más ni menos que diecisiete meses que en su mocedad pasó haciendo el servicio militar, repartidos entre Granada y Valladolid. Hombre de amplia sonrisa, frente despejada y buen humor: tiene las puertas abiertas de Cabestro de grana y oro y de las otras federaciones anejas al Burro Veloz. Aclaremos que también eran nuevos en la Plaza de Las Ventas los tres novilleros: Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y Varea. Los novillos eran de la ganadería de El Perralejo, pasaban por poco de los tres años y eran más malos que la carne de pescuezo.
A las siete en punto sonaron los clarines y la banda interpretó España Cañí, mientras los toreros hacían el paseíllo. Nos llamó la atención un traje de subalterno, el de Marcos Ortiz, que era obispo y azabache. El azabache es un negro intenso como el carbón. Pero, ¿el obispo? Es un violeta o morado similar al que usan los obispos en sotanas y solideos. El traje era muy bonito.
Nos llamó también la atención que el torilero vistiera traje de campo, como va Florito cuando saca los cabestros, y no de luces, como es habitual en Las Ventas. Ignoramos el motivo.
El cielo se portó medianamente. Hubo algunos chubascos intermitentes, al comienzo de la corrida, en el tercero y en el sexto. También hubo muchos claros. No nos podemos quejar.
La crónica no será tan extensa como la del año pasado. El maestro Morales trabajaba y estaba ausente. Nos hemos perdido sus sabrosos comentarios y, por lo tanto, mengua el texto. Agruparemos los datos y comentarios de la crónica por novilleros, y “que sea lo que Dios quiera”.
El lote de Álvaro Lorenzo estuvo compuesto por Hostelero (primero de la tarde, negro listón, 443 kg) y Desafío (cuarto de la tarde, negro, 472 kg). En ninguno cortó oreja.
Hostelero es reservón y paradito. No está mal picado. Lo mejor es un quite por gaoneras. Las banderillas correctas, sin emoción. Con la muleta Lorenzo está muy aburrido, y mata de un bajonazo al tercer intento.
Desafío va más largo y tiene más fijeza, pero también se gasta un trote feo, incómodo, y entra de lado y “atornillao”. Buen topetazo en el primer encuentro con el caballo, del que sale suelto. Luego se para, y el quite por chicuelinas malo y deslucido. De las banderillas mejor no hablar: se las clavan en el lomo, literalmente en el lomo. Algo lamentable. Lorenzo sólo tiene buena la tercera tanda de derechazos. Luego arriesga demasiado y, por su propia culpa, Desafío le coge. Se veía venir. No hay consecuencias que lamentar. Mata con una estocada entera, pero caída. El respetable, menos el Tendido 7, pide la oreja. El presidente, con buen criterio, no la concede y Lorenzo da una vuelta al ruedo, que es justamente protestada por el 7. Tengo a mi vera al Peli, y le advierto: «Peli, no se te ocurra sacar un pañuelo blanco salvo que lo saque esta gente del siete, que hoy nos corren a gorrazos. En todo caso, di que todo está mal hecho». El Peli se porta. Nos fumamos en buena compañía unos puros muy ricos y que nos hacen mucho bien. Por el tabaco nadie se queja en el Tendido 7.
El lote de Ginés Marín lo integraban Libertador (segundo de la tarde, negro listón, 471 kg) y Ostrero (quinto de la tarde, castaño, 434 kg).
Libertador tiene fijeza con el capote y es meritoria una media verónica de Marín. Después del segundo puyazo, hay un quite rematado con una buena verónica. Lo mejor es la lidia de los subalternos —pocos capotazos y en el momento oportuno— y el tercer par de banderillas. Un aficionado del 7 protesta mucho y le contesta otro aficionado: «Cuando vienen las figuras no protestas. ¡Cómo se nota que estás untado!». El primero calla. Marín empieza la faena de muleta con ayudados por alto y da dos tandas buenas de derechazos. Y eso es todo. Mata de media tendida, y a otra cosa, mariposa.
Ostrero tiene una cuerna que quita el “sentío”. ¡El picador, nefasto! Las banderillas, aseadas, quizás es bueno el tercer par. El torero no está mal, pero ¡qué aburrimiento! Tornillazos del Ostrero y mucho peligro. Marín lo finiquita con un bajonazo infame.
El lote de Varea lo formaban Manijero (tercero de la tarde, castaño, 455 kg), Discordia (primer sobrero, negro, 460 kg) y Rebueno (sexto de la tarde, negro, 460 kg).
Manijero trota, no galopa. Va bien al caballo, pero el picador le pica en el culo. Dice el Puñales: «Ya blandea y no le ha dado “na”». Se arranca muy bien en el segundo puyazo, pero le pican igual de mal. Y sale y se cae. Pañuelos verdes en el 7. Un buen quite, pero se cae. El presidente decide devolverlo a los corrales. Toca la banda. Los ocho cabestros de Las Ventas se lo llevan fácilmente. ¡Fabuloso Florito y merecida ovación!
Discordia no tiene más fuerza que Manijero, pero galopa bien. Es excelente el toreo a la verónica de Varea, que remata con una media de bella facción. Lo pican bien. Las banderillas, bien. Pero Discordia es un inválido, que se cae una y otra vez. «Mátalo ya, si no hay nada», le aconsejan a voces muchos aficionados. Varea hace caso y se va a por el acero. Ahora los pitos son porque Varea se ve morado para matar a Discordia. Termina con media estocada en buen sitio, y menos mal que atina el puntillero a la primera. Pitos al toro cuando lo arrastran las mulillas. Dice el Puñales con más razón que un santo: «No hay toro, no hay fiesta».
Y llegamos al sexto y último. Varea espera a Rebueno a porta gayola, pero muy lejos del toril. Hoy no entendemos nada de lo que vemos. Rebueno sale andando, parado, y le esquiva. Pienso que es que Varea se ha puesto muy lejos. ¡Toma porta gayola! Rebueno es manso, con mucha querencia a los toriles. El picador se sale de las rayas para picarle, casi se va al centro del ruedo, y hay bronca. Sin embargo, el público aplaude a los banderilleros, especialmente al del tercer par: el banderillero tiene que desmonterarse y saludar en respuesta a la ovación del respetable. Comienza a llover. La faena de muleta es muy meritoria, de mucho valor y mucha torería. El público, a pesar del frío, ¡hace mucho frío y tenemos muchas ganas de mear!, se lo reconoce al torero. Pero Varea alarga la faena y entra a matar tres veces sin determinación. Mal remate para el segundo de su lote. Cuando cae el toro, el puntillero no atina. Lo vemos mientras salimos por la puerta con prisas para ir al mingitorio. Los mingitorios de la plaza están a rebosar y tomamos las de Villadiego en dirección al Rincón de Jaén, con la premura de coger sitio y de hacer aguas menores. El Puñales se despide, mañana tiene que madrugar. ¡Qué joven y qué sabio!
*
En el Rincón de Jaén enmendamos una tarde de toros regularcita. Los toros son así: hay tardes buenas, regulares y malas. Yo calificaría la de hoy de regular. Las hemos visto peores y mejores. Eso sí, siempre nos lo pasamos a lo grande. Pedimos unas botellas de manzanilla, fresquita y rica, que entra como la seda, y unas raciones de pescaítos, jamón y queso. El Rincón de Jaén está a rebosar. Nos dejan un barril-mesa, donde con las manzanillas llegan los cantes. Dimas viene preparado, como un buen mozo de espadas, y saca unas fotocopias que nos son de mucha utilidad para entonar: Enamoraos sin fronteras, María la Portuguesa, Sevillanas del Cornudo, el Himno de la Peña El Banderín, El Burro de las Monjitas, Ese toro enamorao de la Luna, etc. Enrique, y que me perdone, a veces hace un play-back muy sutil, que parece que canta, pero es un tarareo indefinido, no se sabe las letras y tampoco mira los papeles. Nos reímos mucho. Los que salen del Rincón nos felicitan. Terminamos con un sorbete, un mini bombón helado y unos chupitos de pacharán y licor de hierbas. Todo esto dentro de la más estricta formalidad y sin sobrepasar los límites en la ingesta de alcohol.
Nos despedimos de Víctor y bajamos al metro. En el trayecto a Méndez Álvaro, sube un húngaro que toca muy bien el acordeón. Dimas le pide un pasodoble y el señor toca un tango. Hace lo posible por seguir a los cantantes, es un gran músico, pero es difícil la empresa. Se ríe amablemente y se lleva una propinilla que no le viene nada mal.
En tren llegamos a Leganés-Central, felices y contentos.
¡Viva Cabestro de Grana y Oro!

Carlos Cuadrado Gómez
Cronista del la agrupación
Cabestro de grana y oro